viernes, 25 de mayo de 2012

El amigui

Publicado por Gringa en 7:34
Todos hemos visto ese maldito meme de la niña rubia riendo que le dice algo hiriente a un mejor amigo, y lo deja con las ganas. Esta caricatura, al igual que todas las existentes, es demasiado real. Muchas de nosotras (me incluyo, porque pasé un tiempo de demonio y de experimentación maldadística) hemos tenido ese amigo partner, que nos apaña en todo, nos escucha, nos saca a pasear, nos hace masajes, nos pone el hombro para llorar, etc. Ese amigo que está en todos lados, que nos viene a ver en las horas más increíbles y nos tiene paciencia hasta el infinito… ¿por qué? PORQUE ESE AMIGO NOS TIENE GANAS, como muy bien mostraba el comercial de la bebida blanca. Pero lo que muchos no saben (pero intuyen, seguramente… no quiero subestimarlos a ustedes ONVRES) es que nosotras SABEMOS PERFECTAMENTE que están completamente prendados de nuestras tetainas, que nos imaginan en pelotas todos los días en la ducha y que cuando nos abrazan, es pa’ que nuestros chocapic de frío se sientan más profundamente.

Lo sabemos, lo tenemos más claro que la Aránguiz tiene carecuica, una cosa absolutamente segura y clara. Lo más divertido de todo esto es que nos aprovechamos. Digo divertido, porque son ustedes mismos los que se dejan. Ahora, este tema tiene mucho que ver con mi columna anterior de las calienta sopas; cuando una mujer se da cuenta que hay un “mejor amigo” a la vista, aplica todas las estrategias para mantenerlo ahí, en la palma de la mano (ya saben cuáles son las estrategias, o si no, revise el texto anterior). Respecto de este problema, podríamos decir que hay dos aspectos que hacen que este fenómeno ocurra; las minas maragas y los hueones tontos. Me reconozco maraga. Sí, acabo de decir que a veces soy maraga. Ser maracuyá es complejo, porque tienes que mantener el personaje todo el tiempo, y ser firme y convincente. Es difícil, créanme, pues lo intenté un par de meses y fue un desastre… me conmovía la carita de gato de Shrek que me ponían esos “mejores amigos” y terminaba por abortar misión, y tomarme la sopa onfaya. El asunto es que esos hombres son, en simples palabras, maragos y en castellano antiguo, “todo lo que nosotras necesitamos, pedimos y porque somos tontas y aprovechadoras, preferimos mantenerlos ahí, en llamada en espera”. Esto está pésimo, señoritas, es que no podís. Básicamente, muchas de estas maracaibas tienen un pololo y tienen al amigo/pseudo pololo al mismo tiempo, lo cual trae mucha mardá a la situación. ¿Y el resultado de esto? ONVRES peinando la muñeca (y el muñeco a falta de) pesado, traumados de por vida, lo cual los lleva a cambiar esa “bondad absoluta” que los caracterizaba y terminan siendo un saco de bayaga, o sea, pura mierda de personas. 


Estoy casi 100% segura que muchos de los imbéciles y feos con los cuales nos topamos día a día (la cifra está en crecimiento) son hijos perdidos y mashohs castrados por una mejor amiga. No es que nos guste hacer daño, pero es que muchos se dejan y les “acomoda” el papel de mongolos. Y aquí es donde surge el siguiente problema: los hueones tontos. Puede que sean los seres más inteligentes del planeta, pero caen lamentablemente. Caen como babosas arrastradas y se mantienen ahí. No sé cuál es la razón y tampoco sé describir que la manipulación de parte de la féminas sea tan fuerte como para mantener por años a un hombre con la tula a media asta (sorry lordi). La cosa es que los hombres se dejan, nadie los obliga y yo creo que ellos se mantienen con la esperanza permanente de que algún día, en alguna galaxia lejana, la princesa les muestre el sapo y todo sea lindi. Pero no, eso nunca o casi nunca sucede… ¿por qué? Porque son ustedes mismos los que envían señales equivocadas. No entiendo por qué razón se esmeran en decir “amiga” (con eso ya cortaste de raíz la posibilidad) o siempre “están ahí”. El “estar ahí” es el paso básico para ser hueón. Al parecer, muchos de estos hombres que “siempre están” faltaron justo a la clase de introducción a la conquista, pues TODOS saben que estar siempre disponible es signo de desesperación/necesidad y que lo que hay que hacer es “hacerse de rogar” un poquito. Está bien que sea el amigo partner, el que ayuda en todas, pero no siempre. Dé un poquito y luego quite, esa es la clave (acabo de dar el secreto máximo y todavía no escucho los coros angelicales cantando). Si a usted le gusta la niña, le gusta del verbo “me la quiero comer enterita y dejarla loca”, vaya haciendo pruebas. Un día no la pesque, al otro día la pesca… deje que el teléfono suene más de medio ring. Si ella le pide masajes, pídale usted también.

En resumidas cuentas, PÓNGASE LOS PANTALONES (y aunque suene machista la recomendación, es cierta y aplicable para ambos sentidos). No deje que lo pasen a llevar, no se muestre desesperado; ni las amigas, ni las maragas ni ningún ser quiere a alguien que sufra un amor enfermizo por uno. Queremos hombres con capacidad de decisión y seguridad… eso es lo que básicamente queremos. Pero usted no piense tampoco que por hacerle favores, invitarla a todos lados y ser preocupado por ella, le va a dar la pasada. No, señor. Tiene que ver un interés más carnal, o si no la imagen que nos formamos en la cabeza es puramente amigable. Y nadie se calienta con eso, ¿o sí? Ahora, maragas, a ustedes les hablo. NO SEAN MALAS, que la mardá se devuelve por 1.000. No podís hacerle eso a un mino y creerte la raja (porque sí, yo he escuchado a minas decir “no te preocupí, el Juanito me hace todo, porque está baboso por mí”). Además, si un hombre, ese que es su amigo, si le da seguridad y la contiene, no es asexuado… se calienta más que usted. Y créame, por experiencia propia, seguramente le va a sorprender al momento de amar y la va a dejar viendo estrellitas. La macha le va a gotear, como dice el @flaitechileno, de sólo pensarlo. Hágame caso. Palabra de Gringa Jorni.

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